jueves, 27 de octubre de 2016

La llave que cierra la educación

Tras la tempestad llegó la calma. Habrá Selectividad un año más. Finalmente, el proyecto del gobierno del PP para someter a los alumnos a dos pruebas tras la finalización de la educación secundaria y Bachillerato tendrá que esperar. Miles de docentes y estudiantes se lanzaron a la calle el pasado 26 de octubre para reclamar contra esta nueva ley que les supondría un inmenso bache en su formación académica. La lucha activista estudiantil triunfó, al menos por este año.

Las reválidas, como son conocidas estas pruebas, supondrían el jugarte todos tus estudios de cuatro y dos años en un examen que, si no se supera, no se obtendrían los títulos de la ESO y Bachillerato respectivamente. El Partido Popular tiene en esta ley la llave para cerrar la educación, la llave para complicar aún más las cosas a unos jóvenes que gracias a sus medidas tienen ya demasiado complicado el proceso de formación y de posterior salida al mundo laboral.

Haciendo cuentas, hasta 306 exámenes debe pasar un alumno para titular la ESO. Si se quiere continuar con el Bachillerato, un alumno, a lo largo de su formación tendría que haber aprobado hasta 360 exámenes trimestrales (sin contar parciales). Todo eso, toda esa cantidad de horas dedicadas a los estudios, a los deberes, a la preparación, a la asistencia a clase se podrían desperdiciar si el alumno no consigue superar los exámenes de final de etapa. Añade a esos exámenes el agobio que traen consigo, el sufrimiento, las horas encerrado en la biblioteca bebiendo café y Red Bull hasta caer rendido. Si tal y como está el sistema educativo en la actualidad es un despropósito, la incrementación de las reválidas que traen consigo la LOMCE sería ya el despropósito supremo.

¿Se le puede llamar educación a una etapa en la cual los alumnos deben aprender de memoria miles de términos, significados, fechas, fórmulas que después no utilizaran? ¿Qué aporta realmente el sistema educativo a los jóvenes? Algo estamos haciendo mal señoría.

Un gobierno que cierra la puerta educativa de esta manera sólo tiene el objetivo de impedir la inteligencia de un pueblo para que éstos no entiendan, vivan en una ignorancia completa, y así tener la libertad de hacer cualquier despropósito sin nadie que lo reprima.

Quizás, lo mejor sea cambiar de manojo de llaves,y utilizar otra distinta para la bonita tarea de educar. Educar es enseñar, transmitir sabiduría con el fin de que el receptor aprenda. Todavía no vi un solo receptor que haya triunfado sin la ayuda de ver documentales en Internet, sin la pasión de leer libros históricos o políticos para su posterior reflexión, sin el aprendizaje de la oratoria, sin la frescura de hablar una lengua extranjera de forma fluida, sin el uso del método físico para el aprendizaje psíquico, sin que leyera el periódico o se interesase por la actualidad. Cosas tan básicas que ninguno de los receptores que triunfaron pudieron hacer dentro de un aula, porque la llave de su educación estaba cerrada. 


Foto: elpais.com
Pablo Vallejo (@vallejobotaro)